El paladín de la justicia
Enrique Piñeyro (Fuerza Aérea S.A., 2006) nos ofrece un documental sobre la corrupción policial pero construido a partir de un estilo narrativo más cercano a un “show” que al típico formato periodístico. A pesar de la forma tan particular de encarar el tema no descuida el proceso de investigación del caso que se presenta, que se ve reflejado en la invención de pruebas que hizo la Policía Federal para deslindarse de un caso que la involucra de manera directa.
A partir de un hecho sucedido en el barrio de Pompeya de la ciudad de Buenos Aires, en el que la policía siembra pruebas falsas para salir impune ante un caso en la que actuó incorrectamente y provocó la muerte de inocentes, Piñeyro reconstruirá la historia para sacar la verdad a la luz y que el caso vuelva a reabrirse. El film es un documental que toma partido y se juega por lo que considera lo correcto, juzgando y redimiendo a los involucrados. Ese resulta ser uno de los principales aciertos de este realizador consolidado como uno de los documentalistas más personales y con estilo propio de la Argentina.
El Rati Horror Show (2010) puede analizarse desde dos lugares diferentes que en algún punto se conjugan: el cinematográfico y el espectáculo mediático. Por un lado, el realizador monta, cual showman, un gran entretenimiento partiendo de un caso particular y desgraciado para convertirlo en un filme de investigación, que gracias a una serie de recursos cinematográficos y de estilo narrativo se diferenciará del simple programa de televisión que se dedica a investigar o de la solemnidad de ciertos documentales. Es ahí en donde yace la esencia de la película que logra atrapar hasta el más reacio de los espectadores.
Utilizando diferentes técnicas, que van desde imágenes de archivo hasta entrevistas actuales y secuencias computarizadas, pasando por maquetas, muñecos, cámaras ocultas y la recreación ficcional de los hechos, Piñeyro se convierte en el protagonista de la historia actuando como un paladín de la justicia. En ese punto yace el estilo personal que lo diferencia del clásico formato documental –que para muchos puede resultar aburrido- para brindar una película en la que se atraviesan diferentes géneros con un ritmo narrativo similar a lo que podría ser un thriller psicológico o un policial moderno.
Piñeyro no es un realizador más y se compromete con la investigación tomando postura por unos o por otros, juzgando y redimiendo, condenando y liberando a aquellos que, según los hechos investigados, lo merecen. Convertido en juez, fiscal y abogado será quien se encargue de hacer lo que otros deben, pero no pueden o no quieren.
Con la codirección de Pablo Tesoriere (Futbol Violencia S.A., 2009), el realizador articula una historia real de manera tan acertada que supera cualquier ficción gracias a su forma de ver y mostrar la realidad, terminando de convertir un documental que denuncia en la resolución de un conflicto judicial, pese a que los jueces opinen lo contrario .
En épocas en donde los paladines no debieran ser los directores de cine sino aquellos a los que el Estado les paga para hacerlo, El Rati Horror Show es una opción para ver la realidad con otros ojos. El mundo que gira al revés convierte a los cineastas en jueces y a los jueces en qué sabe qué. Véala y saque sus propias conclusiones.