A diez años largos de su última aparición cinematográfica ha vuelto el ratón Pérez, aunque ya no como protagonista. Pero sigue siendo un héroe, y un viejo sabio. Además, aquí nos muestra algo notable: su colección universal de dientes, in-
cluyendo un colmillo de Drácula y otro de un dragón muy importante para los Lunnis. Ellos, junto a una niña, son los verdaderos protagonistas de esta película mayormente
española.
¿Y quiénes son ellos? Pues, los parientes peninsulares, algo lejanos, de los Muppets. En España tienen discos, espacios televisivos, publi-
caciones y películas. Ésta, allá se estrenó como “La gran aventura de los Lunnis y el Libro Mágico”. ¿Y por qué es mágico ese libro? Bueno, porque encierra todas las historias de fantasía que en el mundo han sido.
La niña está creciendo y tiene vergüenza de creer en fantasías. Pero hay alguien peor: un grandulón que las combate porque una vez, cuando era chiquito, el ratón Pérez se llevó el diente y no le dejó la moneda.
Narciso Crudo se llama el tipo, que viene a ser el malo de la película.
La obra tiene su encanto para los más pequeños, una impecable combinación de títeres, personas,
trucos y efectos digitales, algunas canciones medio insulsas y varios personajes invitados, como un Pinocho ya grande (¿a qué puede dedicarse? ¡es vendedor de autos usados!) y el Mago de Oz, a cargo del argentino Tomás Pozzi. Director, otro argentino, Juan Pablo Buscarini, el de la primera parte del ratón Pérez.