Una Pecera a Punto de Explotar
Un jueves hecho y derecho para la visión femenina. Además del estreno de la película a la cuál me referiré en las próximas líneas, quiero mencionar una curiosidad. Tanto, esta, como Comer, Rezar, Amar con Julia Roberts, Ni Dios, ni Patrón, ni Marido, Sofía Cumple 100 años, e inclusive, Mis Días con Gloria comparten algo en común: la mujer como centro de la historia.
Puede tratarse de una visión un poco misógina de mi parte, pero es cierto. Debería darse más seguido, pienso. Es más difícil satisfacer el gusto femenino. Las mujeres son más selectivas y críticas. Necesitan varias propuestas en la cartelera para poder elegir la adecuada. Los hombres somos más simples. Nos ponen delante de la nariz, un afiche con Stallone, Statham, Li, Rourke, Lundgren, Willis, Roberts, Couture, Austin y Schwarzenneger y ni dudamos sobre lo que queremos ir a ver.
El Rebelde Mundo de Mía, la vi hace casi un año atrás en la Semana del Cine Europeo en Buenos Aires que contó con la presencia de Thierry Fremaux. No hice reseña en su momento porque básicamente no hizo falta. De hecho, si cliquean acá, van a ver una excelente críitca de una ex compañera de la página.
Pero como en A Sala Llena nos gusta la polivisión, voy a hacer un breve comentario sobre este demorado estreno.
La directora Arnold (Red Road, inédita), construye el micromundo de Mía, una adolescente de 15 años que vive en los suburbios industriales de una ciudad inglesa. A pesar de ser atractiva y que los hombres la buscan, ella tiene un carácter especial y se anima a hacerle frente a aquellos que tratan de aprovecharse de ella. Digamos que no es buena estudiante, tampoco le interesa demasiado serlo. Es independiente, y necesita escapar de su ambiente familiar: su madre es alcohólica y vive organizando fiestas como si fuera también una adolescente.
Entre los hombres que llegan a su casa, se encuentra Connor (el muy solicitado Michael Fassbender), quien demuestra cierto interés por Mia y su sueño: llegar a ganar un concurso de baile hip hop. Entre ambos empieza una relación casi incestuosa.
Película que no deja de lado la crítica social contra los prejuicios económicos que existen sobre la clase industrial ingles en la línea de los films de Loach (como mencionó mi compañera) Arnold pone el ojo sobre la discriminación femenina, pero también hace hincapie sobre los dilemas de ser adolescente: madurar de golpe, tener que ser madre y hermana al mismo tiempo (Mía tiene un hermanito y lo tiene que cuidar constantemente).
Si bien hay algunos momentos golpe bajos, logra sortearlos bastante bien, gracias a una gran adrenalina estética: cámara en mano, planos secuencia en constante movimiento, montaje abrupto. La banda sonora también ayuda. Especialmente el tema California Dreamin, que básicamente coordina con los sueños imposibles de escape que tiene Mia. Los personajes se mueven por un entorno real: los actores provienen de esas zonas. Arnold trata de mantener la verosimilitud en cada cuadro.
Retrato duro, crudo y a la vez sensible, identificable. Notable trabajo de la debutante Katie Jarvis, poniéndose a los hombros la película entera. Austera, con unos bellos ojos claros, que denotan mayor inestabilidad emocional que cualquier diálogo. Fría, pero a la vez inocente y dura, la composición de Jarvis es para tener en cuenta para futuros trabajos. Una versión joven de Samantha Morton. El resto del elenco es soberbio
Ganadora en Cannes, este segundo trabajo de Arnold nos demuestra que el lugar de la mujer en el cine es cada vez más prominente y preponderante. Años de discriminación y misoginia por parte de la industria cinematográfica mundial provocaron que la mujeres salgan a rebelarse con todas las ganas. Y lo festejo cada día más.