Combinando una impronta metafórica y reflexiva con una suerte de thriller pasional –y acaso incestuoso-, El Recuento de los daños no logra arribar a un resultado aceptable dentro de su singular e ambiciosa propuesta. Si bien algunas propuestas formales y audaces líneas argumentales asoman interesantes, el film de Inés de Oliveira Cézar abunda en incertidumbres narrativas y decisiones artísticas poco convincentes que lo van deshilvanando. Existe en la película de la directora de Como pasan las horas un paralelismo entre la tragedia griega de Edipo y la última dictadura militar, ya que un joven empleado que va a hacer una inspección a una fábrica, inicia una fuerte relación con la dueña, reciente viuda, madre de un bebé apropiado por el terrorismo de estado que podría llegar a ser él mismo. Por otra parte el marido de ella acaba de morir en un accidente en la ruta que podría haber sido atropellado por su propio hijo, ahora su amante; situación expuesta de manera confusa en el arranque del film. Una trama dotada de una complejidad que linda con el rebuscamiento, que precisaba de algo más que imágenes sólo sugerentes y diálogos en exceso escuetos y poco creíbles para ser abarcada y hasta comprendida. La inexplicable división del film en segmentos numerados y un estilo actoral deliberadamente distante son otros elementos que no permiten una mínima empatía con el espectador.