Los próximos pasados
La directora de Como pasan las horas y Extranjera continúa con su fascinación por los griegos (en este caso el énfasis esta puesto en la tragedia de Edipo) con una climática (por momentos fascinante, por momentos algo distante) historia que arranca con un extraño accidente automovilístico (es notable en su puesta en escena toda la secuencia de apertura), la decadencia de una industria en la zona fabril de Rosario, la crisis de una familia disfuncional, un oscuro affaire y los vestigios (las heridas todavía abiertas) de la última dictadura militar que incluye la apropiación de niños.
La propuesta de este cuarto largometraje de Oliveira Cézar es ambiciosa, abarcadora y muy diversa. Con un tono más ligado al policial, resulta un poco más narrativa, menos abstracta que sus dos predecesoras. El resultado final -convincente sólo a medias- se enmarca en la arriesgada línea estética, narrativa y temática que la directora adoptó desde su segundo film, Como pasan las horas (su opera prima, La entrega, es olvidable). La historia es por demás audaz y provocadora, pero el apuntado distanciamiento, cierta frialdad y hasta artificialidad en diálogos y relaciones dificultan la empatía, la identificación (o el rechazo) con las desventuras de los personajes.
De todas maneras, no dejan de ser El recuento de los daños en particular y las búsquedas artísticas de Oliveira Cézar en general muy valiosas dentro de un cine argentino muchas veces obvio y declamatorio. Entre lo críptico y lo subrayado, siempre hay un buen espacio para desarrollar propuestas inteligentes.