El orden del caos
La nueva película de Inés de Oliveira Cézar, El recuento de los daños (2010) ambienta la tragedia de Edipo en una historia familiar con un entorno fabril de fondo, construyendo mediante el reencuadre, el foco y los reflejos -en ventanas, espejos y demás- todo un discurso sobre la identidad. De allí la intrínseca relación del film con los desaparecidos.
Un automóvil se detiene en la ruta y provoca un accidente fatal. Desde entonces una empresa familiar debe reestructurarse y contrata a un joven emprendedor que resulta traer consigo más de un secreto. Los pormenores del destino –trágico- deambularán en toda la relación de poder que se establece en la fábrica.
Dividida en nueve secciones o capítulos, la directora de Como pasan las horas (2004) nos envuelve en el clima denso de la tragedia Edipo Rey de Sófocles. Recordemos que en su anterior film Extranjera (2007) trabajaba sobre la tragedia Ifigenia en Àulide de Eurípides. Aquí, a partir de un accidente de tránsito y sus múltiples consecuencias, la película hace un “recuento” de los daños en los integrantes de la familia.
Presentada dentro de la Competencia Argentina en el último BAFICI, El recuento de los daños es una película meticulosamente estructurada plano por plano. Cada encuadre viene a describirnos y decirnos algo sobre las consecuencias del desorden natural. El desorden surge del contexto mismo y avecina la tragedia. La fábrica adquiere así un protagónico mas en la película generando la atmósfera necesaria para ahogar las posibles salidas de los personajes. La propuesta estética en cuanto a composición de imagen y clima, establece la tensión y el misterio que se desarrolla sobre los personajes. La puesta en escena es un elemento más para marcar este aspecto.
Inés de Oliveira Cézar da un giro radical desde Extranjera, mostrándonos una versatilidad absoluta a la hora de abordar diferentes tipos de relatos. Siempre desde la tragedia pero no como destino fatalista sino como parte de una cotidianeidad natural que nos rodea, nos envuelve y nos predestina.