Para empezar a hablar de esta cuarta película de Inés de Oliveira Cézar podríamos evocarla con aquella frase tanguera que dice: “Pretenciosa y engrupida”. Sin lugar a dudas, “El recuento de los daños” tiene todos los aditamentos necesarios para confundir al espectador y desconcertarlo.
Una mujer que acaba de enviudar cuando era joven estaba militando en política, sobrevive a la dictadura en cuyo cautiverio parió un hijo del cual separaron violentamente. La vida sigue su curso y en la actualidad enfrente crisis familiares, mientras esta al frente de un taller metalúrgico donde también hay problemas económicos.
Tal es el conflicto que sirve para conformar el nudo de esta historia que por querer abarcar tanto termina aburriendo y confundiendo aún más.
Es una lástima que la realizadora haya encarado un proyecto interesante estructurada sobre una historia endeble, con muchas lagunas narrativas que hacen tan difícil de seguir en su relato y comprender en su contenido. Su ópera prima “Cómo pasan las horas” (2004) hace casi una década prometía, ni que hablar de “Extranjera” (2007) estrenado el año pasado, su trabajo más interesante hasta ahora.
Sus protagonistas Eva Bianco y Santiago Gobernori se esfuerzan para hacer creíble una historia fallida como tal y como realización que deja como saldo aquel tanguero “pretenciosa y engrupida” hasta lo abúlico.