El director Martin Provost reúne a dos actrices que se lucen en un film sensible y reflexivo.
Claire (Catherine Frot) tiene una vida bastante estructurada que se reparte entre su trabajo como partera y los intentos por compartir más tiempo con su hijo. Pero cuando regresa Béatrice (Catherine Deneuve), la antigua amante de su padre, su vida se desequilibra y surgen numerosos aspectos que deberán resolver.
El reencuentro (Sage Femme, 2017) se centra en las problemáticas que aparecen cuando los vínculos no fueron bien resueltos; cuando quedaron cuestiones sobre las que dialogar y el tiempo parece reforzarlas. Como el efecto del rencor, el perdón y la obligación son ejes fundamentales en los vínculos afectivos, lo que plantea el argumento genera una identificación inmediata porque puede trasladarse a otras circunstancias.
Provost presenta una historia verosímil que puede llegar a incomodar por esa característica, dado que la reflexión es inevitable.
Deneuve y Frot le aportan elegancia a una película que se enriquece con su interpretación. Y cada escena que comparten es un duelo actoral que el público agradecerá.
Tanto el llanto como la risa están presentes en El reencuentro. Una mezcla de sentimientos que es más compleja de lo que aparenta.