La magia está en el aire
“El Regreso de Mary Poppins” (Mary Poppins Returns, 2018) es una película musical que funciona como secuela de la “Mary Poppins” de Julie Andrews, la cual se estrenó en 1964. Dirigida y producida por Rob Marshall (En El Bosque), el guión estuvo a cargo de David Magee, basándose en la serie de libros escritos por P. L. Travers. Protagonizada por Emily Blunt, el reparto está compuesto por Lin-Manuel Miranda (Hamilton), Ben Whishaw (The Lobster, Suffragette), Emily Mortimer (La Librería), Julie Walters, Joel Dawson, Pixie Davies, Nathanael Saleh, Colin Firth, Meryl Streep, entre otros. La cinta recibió nueve nominaciones en los Critics’ Choice Awards y cuatro en los Globos de Oro, incluyendo las categorías de Mejor Actriz – Comedia o Musical y Mejor Película.
En la época de la Gran Depresión londinense, el ya adulto Michael Banks (Ben Whishaw) continúa viviendo en la calle 17 de Cherry Tree Lane, casa que le perteneció a su padre y donde pasó toda su infancia. Ahora los niños del hogar son John (Nathanael Saleh), Annabel (Pixie Davies) y el pequeño Georgie (Joel Dawson). Aunque los chicos tienen una estrecha relación con su tía Jane (Emily Mortimer) y la pasan bien con Ellen (Julie Walters), su ama de llaves, desde la muerte de su madre Kate ya nada es igual. Cuando dos abogados llegan allí para avisarle a Michael que perderá la casa si no paga las respectivas deudas, Mary Poppins (Emily Blunt) volverá a bajar del cielo para recordarles a los Banks qué es lo que verdaderamente importa.
“Mary Poppins” (1964) se convirtió en la película favorita de muchos por su bellísima historia, sus geniales interpretaciones y una música que hasta el día de hoy resulta inolvidable. Que 54 años después una secuela del clásico llegue a los cines podía no ser del todo bueno por el miedo a que la nueva producción no esté a la altura. No obstante, las dudas se desvanecen ni bien empieza el filme ya que éste no intenta competir contra el original, más bien le brinda un enorme respeto y logra que la esencia esté intacta.
Ponerse en los zapatos de Julie Andrews no era tarea sencilla para nadie; sin embargo, al ver a Emily Blunt en la piel de la niñera más especial y particular nos genera mucha emoción ya que la actriz es perfecta para el rol. Su carisma, energía, manera de moverse y modo elocuente de expresarse indiscutiblemente recuerda a Andrews pero a la vez Blunt consigue darle su toque propio, uno que la hace tan querible como su antecesora.
Aparte de ser una secuela, la película constituye un reboot para las nuevas generaciones. Esto se puede notar en casi todas las escenas ya sea porque ahora Jane es sindicalista, Michael trabaja en el Banco Fiduciario o, en especial, porque cada secuencia musical homenajea a las respectivas canciones de 1964. Como era de esperarse, la imaginación juega un gran papel en la trama, lo que resulta precioso cuando llega la hora de bañarse o cuando Mary, Jack (el nuevo deshollinador al que le da vida Lin-Manuel Miranda) y los chicos ingresan a un mundo de porcelana que combina humanos con figuras animadas.
Excelente tanto desde lo visual como desde las coreografías y el diseño de vestuario, las canciones tampoco decepcionan. Mientras que la diversión se hace presente en “The Royal Doulton Music Hall”, “A Cover Is Not The Book” y “Turning Turtle”, la emotividad está a flor de piel en “The Place Where Lost Things Go” y “A Conversation”. Además, “Trip a Little Light Fantastic”, número musical de los deshollinadores, tiene un despliegue técnico tan asombroso como extraordinario.
En conclusión, “El Regreso de Mary Poppins” dejará encantados a los que ya eran fanáticos de la primera así como servirá para que muchos conozcan por qué la película original es un clásico indiscutible. Con mensajes importantísimos sobre la pérdida, la unión familiar, el amor, ver las cosas desde un punto de vista diferente y el no perder el espíritu que se tuvo en la niñez, el musical de Rob Marshall merece ser visto una y otra vez en la pantalla grande.