En lo que resulta ser una sorpresa para nuestra cartelera (un film español que no siendo una coproducción con Argentina o una obra de Ammodóvar, se sume a los estrenos), Rodrigo Sorogoyen pone el dedo en la llaga de la política de su país ficcionalizando un caso de corrupción sucedido en 2007, justamente en las vísperas de la crisis que puso en jaque a la economía ibérica.