Un desborde de creatividad
Chris Wedge, director de “La Era de hielo”, vuelve a lucirse con un filme animado.
Lo primero que llama la atención apenas comienza la proyección de El reino secreto es la impresión de que no estamos ante un filme de animación, tan perfecta es la calidad de los dibujos. El bosque, el agua, el cielo son nítidos, prácticamente reales. Hasta ahora lo difícil sigue siendo cómo inducir vida a los ojos humanos.
Y lo segundo que impresiona es que el ritmo y la historia en sí atraen los 102 minutos de la proyección. Ni chicos ni grandes se aburrirán, sino que se divertirán un buen rato.
Hay un hincapié en la ecología, pero desde el lado más aventurero que se pueda imaginar. Uno puede creer que la adolescente (y huérfana de madre) Mary Katherine sea reducida al tamaño de los insectos, que están viviendo una guerra despiadada en el bosque. También que existan en él los hombres hoja como Ronin y el valiente (y huérfano de padre) Nod, que pelean contra los Boggans, que si logran que el capullo que la reina Atara bendijo como su heredera se abra en la oscuridad, el bosque morirá. Todo lo que Mandrake destruya, nada lo podrá restaurar, salvo el capullo.
Mandrake es el villano, y, antes de que alguien diga Disney, ha perdido un hijo.
La nueva película de Chris Wedge (La Era de hielo, Robots) es un desborde de creatividad y avances en lo técnico. En cuanto a lo dramático, en aquella primera Era de hielo eran los animales prehistóricos quienes debían salvar al hombre; aquí una humana, cuyo padre es un científico de campo, intentará ayudar a estos seres fantásticos para sobrevivir.
Hay mucho humor, más que nada en los comic reliefs que recaen en la babosa y el caracol que deben proteger al capullo, mucha aventura, marcado heroísmo y mucha contraposición (la luz y la oscuridad; los buenos vuelan a bordo de colibríes y los malos, sobre cuervos). Esto último parece reforzar que algunos personajes son arquetipos. Cómo saberlo, si son insectos.
Con un padre a la Danny Kaye -un guiño para los adultos- y muchos famosos prestando su voz -en el original: Amanda Seyfried, Colin Farrell, Christoph Waltz y hasta Steven Tyler-, El reino secreto tiene todo para ser otro mojón (y no sólo en cuanto a la taquilla) en el mundo animado, un arte que se supera día a día.