Asusta, pero más que nada, marea
Un grupo de jóvenes se reúne en la boda de una pareja amiga y, de golpe, llega el Juicio Final. El problema no sería tanto el planteo de este film de terror apocalíptico, sino más bien la forma, que se parece sospechosamente a "Cloverfield". Es decir que los ominosos hechos que tienen lugar en la película no son registrados profesionalmente recurriendo al riquísimo arte cinematografico, sino que, en general, están vistos a través de las movedizas cámaras amateurs de estos camarógrafos amateurs.
Esto implica -como sabe todo conocedor de las vueltas modernas del género fantástico- imágenes con sacudidas parkinsonianas y terrores verdosos gracias a la modalidad "cámara nocturna". Una pena, dado que si no fuera por este detalle formal característico de las películas sobre "found footage", "El remanente" no estaría tan mal.
Más allá de la falta de originalidad, el ritmo es decente, y la acción sobrenatural es generosa en cantidad y a veces también en calidad. Es que la gente cae al piso con los ojos desorbitados al perder su alma, hay apariciones que parecen salidas directamente de las Sagradas Escrituras, pasan cosas espantosas durante eventos deportivos, y hay unos tipos atravesados por tentáculos que llenarán de alegría a los fans del cine de terror. Los efectos especiales, salvo que a veces lucen demasiado digitales, tampoco están mal del todo, y para ser una producción indie (el director Casey La Scala produjo el film de culto "Donnie Darko"), hay un respetable despliegue de medios, aunque el elenco podría haber contado aunque sea con un buen par de intérpretes secundarios.