El Renacido se desarrolla en las profundidades de la América salvaje del 1800. El guía de montaña Hugh Glass resulta gravemente herido tras ser atacado por un oso y es abandonado moribundo por un traicionero miembro de su equipo. Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, a un invierno brutal y a los peligrosos nativos americanos, en una búsqueda heroica e implacable para conseguir vengarse.
Estamos ante una verdadera obra maestra del séptimo arte, el mexicano Alejandro González Iñárritu nos presenta una historia de supervivencia, de manera cruda, visceral y atrapante. Entre la aventura y el drama, con momentos de puro western, es una combinación perfecta de gran espectáculo y cine de autor. De una belleza visual impactante, cada secuencia fotografiada por Emanuel Lubezki es una pintura. Pero además, con la base de un guión más tradicional que sus anteriores trabajos Iñárritu elabora una película compleja, técnicamente prodigiosa en donde la puesta, el montaje, el sonido y los silencios están puestos al servicio de la trama y su tinte dramático. De Leonardo DiCaprio solo hay que decir que este es el papel de su vida. Una composición física tremenda y una interpretación gestual que conmueve e inquieta a la vez. El Renacido es una experiencia fílmica intensa, un clásico instantáneo, todo lo que el cine debe ser.