Iñarritu es soberbio, hace lo que quiere y tiene a su merced a toda la producción para que le cumplan sus caprichos. El resultado de esa ambición por ser el mejor en el rubro es positivo y "The Revenant" es un claro ejemplo de ello. Está claro que el filme no hubiese sido el mismo sin esa manía del realizador por hacer, lo que es para él, la mejor película de supervivencia de la historia (el paso de los años dirá si se convierte en clásico o pasará al olvido). Los planos secuencia están bellamente dirigidos, al igual que los actores y las escenas de acción. La decisión de hacer que el espectador se transforme en testigo de los hechos casi en primera persona, gracias a un gran implemento de los primeros planos, hacen que el filme se disfrute y el sufrimiento de los personajes se sientan reales. El ataque del oso y el plano secuencia del inicio son las dos mejores escenas de la película.