Así como “After Life” mostraba a un huraño Ricky Gervais luego de la muerte de su esposa, ahora es el interminable Luis Brandoni, el que se pone en la piel de Ricardo, un obstetra que luego de enviudar se jubila, cartón lleno. La película atraviesa un tono costumbrista para meterse en el derrotero de este tipo bonachón que en el momento en que más pensaba aburrirse le surge una complicación: cuidar del hijo de su empleada doméstica, que se fue de urgencia a Santiago del Estero. Ahí nace la empatía con Diego, un pibe de 8 años que lo convierte en el abuelo que nunca fue. Su hija (Dupláa) sentirá celos porque notará que jamás recibió el cariño que le da a este desconocido y el conflicto no tardará en crecer. La película logra conmover a partir de las actuaciones impecables, no sólo de los protagonistas, sino también del último actor del elenco. Brandoni y Dupláa ratifican su oficio, espantan el fantasma de la grieta política y ofrecen un vínculo en donde espejarse.