Preservar, recordar, subsistir. Sebastián Deus organiza desde El retorno de Don Luis (2013), documental que sigue los pasos de Luis Millan, mapuche de origen, quien tras un largo exilio de su tierra decide emprender el viaje de regreso, una película sobre el rescate de la identidad y sobre todo de la preservación de una cultura en estado de extinción, como la de los pueblos originarios.
Búsqueda interior Diez años y seis viajes al sur le llevaron a Sebastián Deus (Por el camino de Modesto, TV Utopía, Werken) poder configurar, pensar, reflexionar y reconstruir, el recorrido que hizo Luis, el protagonista del film, para que El retorno de Don Luis (2012) pueda plasmarse en imágenes y aportar así su visión sobre la identidad y su definición. Tomando como punto de partida el regreso de Luis a su pueblo de la infancia (Ñorquinco), para poder así recuperar su historia, Deus va narrando progresivamente el relato de esa vuelta llena de incertidumbre y cuestionamientos, para con él mismo y los demás. El primer obstáculo que le surge a Luis en su regreso (y por ende a Deus también), es que justamente de aquel pueblo del que se alejó en su adolescencia nada queda, sólo algunas ruinas que deben ser completadas con las pocas imágenes mentales y recuerdos que aún el hombre puede conservar en su memoria. Pero al estar plagado de preguntas, esos recuerdos no bastan por sí solos para poder reconfigurar su historia, al contrario, es en el encuentro con cada uno de los habitantes del lugar en donde debe prestar atención y sumar a su bagaje para continuar con su búsqueda. Luis es consciente que sólo el retorno a su lugar le posibilita poder estar nuevamente en paz consigo mismo y evitar seguir negando su origen mapuche, aquel que dejó de lado cuando se fue a Bahía Blanca porque era algo que lo avergonzaba de niño y que ahora le urge recuperar para poder “irse” tranquilo. Deus lo muestra a Luis en la primera escena a la vera de un río escribiéndoles una carta a sus nietos, contándoles de su búsqueda, su regreso, y su origen, mientras que el off desglosa aquellas palabras que en el papel van dejando como un legado para aquellos que lo suceden. En esa orilla se encuentra el árbol emblemático con el que jugaba de pequeño, por lo que escribir allí la carta tiene un doble sentido, de pertenencia y de herencia, de legado y de identidad. Caminando y recorriendo Ñorquinco, un lugar al que la naturaleza castiga, endureciendo pieles y sentimientos, es como Luis va rearmando su pasado, a partir de diálogos casuales, la lectura de algún viejo documento en charlas en la calle con algunos conocidos (a los que debe advertir quien es luego de tanto tiempo) y en la contundente sabiduría de avanzar a pesar de las negativas con las que se encuentra. Deus ensambla los viajes, muestra cómo el paso del tiempo ha afectado al espacio y jugando con el soporte dota de característica similar a la diapositiva al encuadre del relato. Texturiza la imagen, la dota de aridez con cada mota de suciedad que delante del “lente”, o agregada digitalmente, le brinda una espesura al documental particular. La cámara fija, expectante, de aquello que nunca sucede, también es otro de los hallazgos de la película. Si Luis encuentra vestigios de su identidad, Deus luego muestra en alguno de los otros viajes cómo éstos se van apoderando de él, algo que necesitaba para poder ser feliz y disfrutar junto a los suyos, destacándose hacia el final en un desenlace entrañable en donde el retorno queda en el pasado para poder afirmar la identidad de un hombre que no pudo seguir negando aquello que realmente era y que su sangre le pedía a gritos que recupere.
RECUPERAR LA IDENTIDAD Un documental muy especial de Sebastian Deus. Porque si bien se trata de un viaje, o varios que realiza Luis Millan, hacia el interior de sus recuerdos, en realidad de trata de la reconstrucción de una identidad que de joven era vergonzante para la cultura impuesta de la época. Un ex ferroviario que hurga en su origen mapuche empujado por los más jóvenes de la familia que se enorgullecen de sus ancestros y están dispuestos a luchar por las injusticias que se remontan a la campaña del desierto. Emotiva, sencilla, sin caer en el panfleto, una valiosa película
POSTALES DE MI VIDA Con este documental dirigido por el porteño Sebastián Deus, que le llevó diez años en su construcción y realización, se cuenta una historia de identidad y regreso de un viejo trabajador ferroviario con origen mapuche a una cambiada Ñorquinco, Río Negro -ciudad natal del protagonista-, con una narración contada por pinceladas en forma de capas donde a veces no sabemos cuál es el eje central narrativo. Tal vez ese cúmulo de acontecimientos sea la experiencia misma vivida por Don Luis, que busca hilvanar parte de sus vivencias desde la niñez hasta su etapa adulta. Deus muestra postales de esas tierras patagónicas donde el anciano a la vera del río y junto al árbol de su infancia escribe una carta a sus nietos, contándoles de alguna forma parte el legado familiar y de la identidad autóctona que lo corresponde. De tintes tristes y sumidos en una ambiente pobre pero de gran riqueza visual, existe en El regreso de Don Luis, seleccionada en la Sección Work in Progress del 27º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, un cuestionamiento explícito pero a la vez muy escondido. Una denuncia social al avance tecnológico pero también al avasallamiento que los distintos gobiernos ejercieron sobre estos poblados originarios que nunca fueron respetados y sí reducidos a su mínima expresión. Tanto que Luis reconoce en su pasado y sobre el imaginario colectivo haber negado sus raíces por vergüenza social. Estamos ante un documental de corte humanístico, explorativo y de doble lectura para mostrar una historia chiquita y muy grande a la vez que nos compromete en la formación del ser nacional aún latente en el presente. Nos acerca hacia realidades que parecen tan lejanas pero que no traspasan las fronteras regionales. Nos expone a una problemática de siglos que involucran también a toda América en relación con sus pueblos originarios, tan exitosamente expuesto en la peruana Hija de la laguna, de Ernesto Cabellos, mucho más concreta y de protesta. La fotografía acompaña y complementa esta historia de ritmo pausado pero firme, regalando vastos paisajes sureños, utilizando recursos visuales que remarcan tiempos pasados como si fuesen filmados en Súper 8 y ofreciendo postales hermosas como las del emblemático tren La Trochita, que comunica esos pueblitos por momentos olvidados. Ese medio de transporte como señal de avance, de idas y venidas que a Luis lo marcaron a fuego. El regreso de Don Luis es una pieza sencilla sin grandes pretensiones dentro del mundo de documentales introspectivos a nivel nacional.