Un inicio espectacular, con elefantes gigantescos y sin respiro, presagia una película casi épica. Conoceremos los inicios de Arturo, al cual su malvado tío Vortigern envía a asesinar a sus padres, él sobrevive y es criado por unas prostitutas y ya crecido finalmente logra quitar la espada de la piedra y convertirse en el ¨elegido¨.
Hasta aquí todo bien, pero en un momento, con diálogos muy largos, y la marca del director Guy Ritchie, con un montaje y diálogos que nos dejan sin respiro, sumado a los subtítulos, con cámaras espectaculares pegadas al cuerpo para generar más vértigo, y por la incontable y abusiva utilización de los efectos visuales (CGI), es que se vuelve un poco monótona hasta que llega un gran final al estilo superhéroe, que con un solo movimiento de la espada puede derrotar ejércitos, y creo ahí es donde no convence, donde la historia se diluye ante la enorme cantidad de personajes y efectos que redundan para generar un final grandilocuente. Y queda abierta para una secuela…
Eso si, la película tiene un malo Vortigern , muy malo que es elogiable en su actuación, que lo lleva adelante Jude Law. Arturo está muy bien en su rol, interpretado por Charlie Hunnam, y una convincente maga a cargo de Astrid Bergés-Frisbey.
Tiene un plus de atracción con la primera aparición en la pantalla grande del ex–futbolista David Beckham, que pasa desapercibido en medio de tantos personajes.
En definitiva es casi la aparición de un nuevo superhéroe, comparándola con las películas del Rey Arturo que teníamos conocidas hasta ahora, muy fuera de los estilos clásicos, esta tiene una carga muy fuerte de vértigo visual. Entretiene.