Con las remakes live action de sus clásicos, Disney encontró una nueva forma de explotar sus recursos al máximo y seguir recaudando con historias ya conocidas. Pasó con El libro de la selva (2016), La Bella y la Bestia (2017), Dumbo y Aladdín (2019) y ahora le toca el turno a El Rey León, quizás una de sus mejores películas de los 90s. Sin embargo, a pesar de prometer mucho, esta reversión termina siendo un tanto polémica deja bastante que desear.
Jon Favreau, quien ya estuvo a cargo de la remake de El libro de la selva, vuelve a exponer un gran desarrollo técnico y visual que es, sin duda, lo más destacado de esta versión “live action” que en realidad no es tal por que, por más que todos los animales se vean tan realistas, todo fue creado con computadoras y capturas de movimiento.
Pero todo el trabajo puesto en lo técnico se desbalancéa con un guion que no es mas ni menos que una copia tal cual que la película original, lo que hace que al final esta versión no aporte nada más que un punto de vista un poco mas realista a una trama hiper conocida, y a que a su vez no es ni mas ni menos que una reimaginación de la historia de Hamlet.
En Dumbo pudimos ver una historia original en toda la segunda mitad de la película. Con Aladdín tuvimos un final un tanto diferente a la versión animada y con algunas escenas nuevas. En cambio, El Rey León no tenemos nada nuevo por descubrir. Se nota que todo el esfuerzo fue puesto en el ya mencionado gran trabajo visual y a la apelación a la nostalgia de aquellos que crecieron viendo la película animada una y otra vez.
Claro que mas allá de esta acusación no estamos ante una mala película, de hecho ya dijimos que la versión de 1994 es una de las mejores películas y sería ilógico que ante un mismo guion tengamos una buena y una mala película. Tenemos grandes actores aportando sus voces como Donald Glover (Simba), Beyoncé (Nala), John Oliver (Zazú), Chiwetel Ejiofor (Scar), Billy Eichner y Seth Rogen (Timón y Pumba, sin duda lo más divertido), y el regreso de James Earl Jones como Mufasa, y tenemos también las clásicas canciones. Pero también teníamos grandes expectativas de ver algo nuevo y nos quedamos con las ganas.
Es muy posible que aquel que le entrará a El Rey León por primera vez con esta remake no le genere absolutamente nada, y es más, hasta capaz le pueda parecer aburrida por la falta de dinamismo que hace tan atractiva a la versión animada, y remplazada en este caso por ese realismo que a pesar de ser impresionante vuelve todo más lento. Por algo la historia original fue pensada para ser una película animada y con media hora menos de duración.
El Rey León viene a echar leña al fuego en la polémica de si estas remakes de Disney realmente valen la pena o no. El tiempo lo dirá.