Copiado con carbónico
Hace muchos años el papel carbónico era utilizado como elemento de copiado manual. Los que manipularon alguna vez este tipo de artículo de librería, sabrán además que aquello que se escribía en el original, no siempre quedaba reflejado de una manera fidedigna en el duplicado.
Jon Favreau (El libro de la selva, Iron man - El hombre de hierro) descubre el carbónico cinematográfico en El Rey León (The Lion King, 2019) live action en el que la tecnología avanzada de animación digital posibilita la reconstrucción casi plano por plano de la versión original de 1994 dirigida por Rob Minkoff y Roger Allers y que marcó a una generación.
Aquí veremos una vez más a Simba, el heredero del trono de la sabana africana en una constante lucha entre el deber ser y aquello que realmente desea para su vida, tras los traumáticos hechos que lo alejaron de su manada. En el camino, plagado de obstáculos, un sinfín de amigos y enemigos configurarán el escenario y leit motiv para que la narración avance.
Al hiperrealismo logrado visualmente, se suma un excelso doblaje de voces de estrellas de Hollywood, un cast soñado que reúne a figuras como Donald Glover (Simba), Beyoncé Knowles (Nala), Alfre Woodard (Sarabi), James Earl Jones (Mufasa), y Billy Eichner y Seth Rogen (Timón y Pumba respectivamente), y que ponen a la luz aspectos más oscuros y dramáticos de los personajes.
La narración apela a la nostalgia de la versión animada, enfatizando en momentos claves del relato (presentación en sociedad de Simba, traición de Mufasa al Rey, reencuentro entre Simba y Nala) y sumando algunas canciones que si bien no pertenecen a la original, se mantienen en el imaginario popular como asociadas a la selva y animales (The Lion Sleeps Tonight). Favreau respeta su predecesora, al punto que en algunos momentos uno no sabe si está viendo la animada o la película en cuestión (recorrido por el desierto de Simba, Timón y Pumba), por lo que se deduce que el miedo a traicionar a los espectadores que disfrutaron de la original marcó el pulso de aquellos que se encargaron del guion y llevarla a cabo.
Aun así, como reflejo casi exacto de la primera versión, copiada con carbónico del ícono que la precede, El Rey León funciona, desarrollando una épica sobre la amistad, los vínculos, la familia, el amor y mucho más, destacándose cuando juega con la incorrección, en la apuesta a la nueva comedia americana encarnada en Timón y Pumba, dupla que hace de la escatología su estandarte, y cuando sus diálogos evocan emociones que hacen olvidar esa sensación de estar en un documental contemplativo de animales.