Anexo de crítica: La temática de las posesiones demoníacas ya no da para más: El Rito no cuenta nada digno de mención, no agrega ni la más mínima innovación al subgénero (para colmo, en mi opinión, El Exorcista además de insuperable es la mejor película de horror de todos los tiempos) y desperdicia a un Anthony Hopkins que cada día elige peor sus proyectos. Lo único rescatable es la dirección del sueco Mikael Håfström que sabe organizarse para narrar con cierto estilo y alcanzar algunos climas de tensión que no compensan las debilidades de un guión que recae nuevamente en el viejo cliché del religioso con problemas de fe. En su búsqueda de realismo el filme se queda en un inoperante término medio que sólo enfatiza su mediocridad...