Las historias sobre posesiones demoníacas son complicadas porque siempre tienen que lidiar con el fantasma de El Exorcista, que es la obra cumbre del cine de terror, que hasta el día de hoy no pudo ser superada.
No es sencillo hacer un film más intenso y aterrador que el que dirigió William Friedkin en 1973.
Esta película que se estrena esta semana estuvo producida por la misma gente que hizo El exorcismo de Emily Rose, donde se vuelven a tocar temas similares.
En lo personal, no creo este film pertenezca al género de terror, si bien tiene momentos dignos de ese estilo.
Creo que El rito tiene que ver más con el misterio y el género del thriller.
De hecho, el director Mikael Hafstrom (1408) evitó con éxito caer en los clichés que suelen tener las historias de exorcismos y se concentró en tratar este tema con el mayor realismo posible.
Algo que logra durante la mayor parte de la trama.
El problema con esta película, además que este tipo de relatos se volvieron repetitivos, es que por momentos parece una campaña de reclutamiento del Vaticano, para levantar un poco la imagen de una institución como la Iglesia Católica que cada vez pierde más adeptos.
Lo mejor de esta propuesta es por lejos el trabajo de Anthony Hopkins que logra destacarse con un personaje que al comienzo de la trama tiene muy buenos momentos cómicos y hacia el final sorprende con un perfil distinto. Es mejor no adelantar nada.
Si revisamos las películas que trataron esta temática en el último tiempo, El rito es dentro de todo lo más decente que llegó a la cartelera y está para ver.