Veneno en el aire
En un pueblo entrerriano donde la soja y el tambo sostienen a su puñado de habitantes, una joven madre soltera (Daiana Provenzano) y su hija que apenas camina conviven en una pequeña casa junto a una plantación.
Es el nuevo médico del pueblo (Tomás Fonzi) quien la pone sobre aviso de que esos problemas respiratorios que muestra la bebé no son tan normales como le hizo creer el médico anterior: es posible que el rocío de los químicos con los que fumigan el campo vecino tengan mucho que ver.
Con furia y angustia intenta sin éxito llamar la atención de los responsables y las autoridades, pero cuando entiende que nada va a suceder si no es ella el motor de esas acciones, recurre a los medios que hagan falta para que su hija reciba la atención médica que necesita. Aunque eso implique ponerse en la mira de gente peligrosa para quien no es más que una pequeña molestia.
Fiera combativa
Es evidente que El Rocío tiene mucho para contar, a consciencia de que el problema que denuncia tiene más de una cara. Sara podrá sentir impotencia y desprotección, pero no está dispuesta a resignarse y quedarse en esa posición. Es eso lo que le vuelve un personaje interesante, facetado. No tiene todas las respuestas ni cree tenerlas, pero no va a quedarse sin hacer nada por ello.
Pero al mismo tiempo, ese intento de abarcar como se debe un problema tan complejo, le juega en contra; porque no parece tener los recursos necesarios para lograrlo. El ritmo de la narración no termina de encontrar su punto ni atrapar como debería, con mucho relleno donde se nota que falta material para desarrollar mejor la trama, si hasta parecen faltar un par de escenas en el medio. Es un detalle difícil de dejar pasar cuando dura menos de 80 minutos, los que se sienten como unos cuantos más.
Visualmente propone algunas ideas interesantes. Lejos de quedarse en el preciosismo pictórico, en general forman parte orgánica de la narración y le aportan algo de síntesis donde las palabras sobrarían. Siendo que algunas de las actuaciones no terminan de convencer por acartonadas o exageradas, es una apuesta que le suma al conjunto de El Rocío aunque a veces abuse de la repetición de algún recurso.
La voluntad de abarcar muchas caras de una misma historia no la vuelven demasiado compleja, pero si más de lo que parece estar al alcance de esta producción. Con esa intención abre varios hilos que no desarrolla y quedan en el aire, por lo que parece válido decir q la síntesis es uno de los problemas con que más le cuesta lidiar a El Rocío. Seguramente sea más que nada fruto de cierta inexperiencia o limitaciones de recursos, pero todo insinúa que es algo que debería mejorar en las siguientes producciones del director.