El rocío es una película políticamente correcta, un drama ambientalista sobre el peligro y el horror que causan los agrotóxicos a gente indefensa y la falta de controles.
La historia tiene como eje a Sara (Daiana Provenzano), madre soltera cuya hija Olivia padece una enfermedad. En la salita de guardia la atiende un médico (Tomás Fonzi). Le diagnostican que es por producto de los agroquímicos con los que se fumigan los cultivos de soja allí en Entre Ríos, en la zona rural donde viven. La deriva a Buenos Aires, pero como no tiene el dinero para costearse el viaje para hacerle el tratamiento, recurre a un narcotraficante. Sara oficiará de mula.
La película de Emiliano Grieco (el documental El diamante) pasa de esa noble intención de reflejar una realidad dolorosa, lacerante y lamentable a tener tantas ramificaciones que lo inverosímil comienza a formar parte y apoderarse de la trama.
La impunidad de unos y el destrato hacia los denunciantes (le dicen que no tiene pruebas; la amenazan telefónicamente) se ponen en el centro del filme cuando éste se convierte en denuncia, pero son las subtramas las que lo vuelven algo engorroso.