El romance del siglo, cuenta dos historias de amor paralelas, en dos épocas diferentes. Esta idea, ya transitada en otras oportunidades aquí se desluce por un guión desparejo que avanza a tranco lento. Madonna, en su segunda cinta como realizadora, le resta importancia a la historia, para centrarse en el estilo (una fotografía y diseño de arte de gran belleza) y en las actuaciones, que sin ser una maravilla, resultan convincentes. Mas Europea que Americana en su forma de narración, resulta una curiosidad fílmica mas cercana al cine arte que al mundillo pochoclero.