En su segundo largometraje, la reina del pop retrata el apasionado romance que vivió Wallis Simpson, una americana de familia humilde, que conquistó al rey Eduardo VII. Y nos cuenta en paralelo una historia de amor contemporánea; la de Wally Winthrop, una joven casada con un doctor adinerado, que vive un matrimonio infeliz.
Bedtime Stories
La historia impactante de la corona británica siempre estuvo vista desde otro lado. Siempre fue de lo más interesante entender como llegó al trono el rey Jorge VI, luego de la abdicación de su hermano por una mujer, en lugar de poner la vista en esa extraña historia de amor que se generó entre una americana divorciada y un rey devoto de su pueblo. Siempre vimos la postura del rey Eduardo VII, nunca el cine nos mostró la otra cara de esa moneda, la de la americana que resignó todo por una vida al lado del hombre que amaba, que se sometió a insultos, a chismes, al exilio por estar al lado de su rey. Y esto es lo que Madonna nos trae, el otro lado del romance del siglo. El de una mujer devorada por un pueblo, que se ganó el odio de una nación por el simple hecho de ser americana, pobre y divorciada.
Something To Remember
Para mostrarnos esta historia, la directora no eligió la fórmula standard, sino que decidió contar dos historias atravesadas por una misma iniciativa: el amor que dura toda la vida y que todo lo puede, existe. Para esto la película empieza en nuestra época, y nos muestra a Wally, una joven que vive en Manhattan casada con un doctor, un hombre cruel, que la engaña y la maltrata; ella se refugia en la casa de remates Sotheby’s donde se presenta en remate una colección de artículos que pertenecieron a Eduardo y Wallis.
Con ese punto de partida, vemos como la joven Wally siente una conexión desde su nacimiento con Wallis; no es solo una figura con la que se identifica, es también un modelo a seguir, alguien en quien creer y confiar, y que augura con sus actos pasados un mejor futuro para la torturada esposa de este siglo.
Ray Of Light
El romance del siglo es una película bella, de una hermosura estética que sobrepasa el promedio de películas que se presentan en la cartelera porteña, logra cautivar al espectador con una fotografía de una calidad impecable y, realmente se nota que Madonna hizo en la pantalla lo que suele hacer en su vida como artista, monto un espectáculo en el que se dio el lujo de hacer lo que quiso de la manera en que mejor le sale.
La mayoría de las personas que se sientan atraídas por las películas sobre monarcas, encontraran en El romance del siglo, una caracterización impecable del contexto que rodea esta historia, desde los decorados hasta el vestuario. No se puede criticar absolutamente nada de la estética de este film. Tiene momentos que rememoran a esa hermosa versión de Maria Antonieta que realizó Sofia Coppola, guiños al espectador, que endulzan un drama real como fue esta historia. Con una música muy bien elegida que, irónicamente, no está interpretada por Madonna, excepto el tema de los créditos finales.
La película tiene lo que a mi parecer es, su única falla, y es un tema exclusivamente de guión, el film está tan direccionado a lo visual, que pierde credibilidad desde la trama. Acciones de sus personajes que carecen de fundamento, o situaciones que nunca son resueltas para el espectador. Se siente sobretodo en el abordaje de la historia contemporánea, la protagonista esta tan empecinada en recordar o imaginar cómo vivía Wallis que se olvida de sus propios problemas. Supongo que en algún punto es lo que quiso lograr la directora, pero eso no logra evidenciarse para el espactador.
Conclusión
El romance del siglo es una película que merece la pena ver en cine, por sus grandes momentos visuales, que recuerdo solo haber visto en A Single Man, aquella película del 2009 dirigida por el diseñador Tom Ford. Pero a diferencia de esta, la película que dirige Madonna lleva una temática más llevadera y activa para que uno no se deslice por la butaca como si esta fuese una cama. Recomiendo arduamente que vean y revean esta película, que emociona pero sin caer en los puntos bajos y muestra, una verdadera obra de arte de la estética, donde cada fotograma merece poner pausa y admirar esa belleza.