Un secreto bien guardado corre peligro
Glenn Close logra conmover en la composición de este personaje que se mueve desde esa tácita melancolía que permite dejar asomar un reflejo trágico. El film logra una orquestación de voces, rostros y parlamentos que se equilibran desde una afinada ambigüedad.
Tal vez podamos pensar a este film, en relación a la época y al lugar en el que se narran los hechos, la ciudad de Dublin, hacia fines del siglo XIX, en ese lugar de cruce, en el que John Huston se despedía con su último film, ese prodigio cinematográfico basado en el cuento de James Joyce, "The Dead", que dio lugar a este film de 1987 que se conoció en nuestro país como "Desde ahora y para siempre".
En este film legado y testamento del realizador de obras maestras como "El cielo fue testigo" y "La noche de la iguana", entre tantas otras, desde mi punto de vista, ambientaba su relato en esa noche de epifanías a puertas cerradas, en el interior de una casona familiar, en la noche de fin de año. Era el tiempo de la era victoriana y los rigurosos preceptos y prejuicios que laten sutilmente en las conductas de los allí presentes se manifiestan ahora sí, de manera más abierta, en este film, que se ha estrenado esta semana, "El secreto de Albert Nobbs", cuyo realizador, Rodrigo García, ya conocido en nuestro medio por ser el director de "Con solo mirarte" y numerosos episodios de las series "In treatment" y "Six feet under", entre otros, nació en Colombia en el 59 y es el hijo del multipremiado y admirado escritor Gabriel García Marquez.
Desde el año 1982, la gran actriz Glenn Close, injustamente relegada desde mi opinión en la entrega de los Oscars 2012, venía interpretando a este personaje en escenarios teatrales. Y lo hace de manera ocasional, construyendo a este personaje? máscara que se mueve en el interior de un hotel, vistiendo indumentaria masculina a los fines de garantizar su supervivencia en su rol de mayordomo, adoptando una actitud imperturbable, moviéndose chaplinescamente (más aún, su vestimenta así nos lo recuerda), llevándonos a evocar por igual, al personaje que tan admirablemente componía Anthony Hopkins en el que considero, quizás, el film más notable de James Ivory, "Lo que queda del día", realizado a partir de la novela de Kazuo Ishiguro.
Albert Nobbs guarda ante los demás su secreto. Ese secreto que en pocos momentos más será revelado ante alguien que también se le planteará como diferente, que le abrirá las puertas a esa otra realidad en la que encontrará escenificada en otros la proyección de sus propios deseos, mediando una puerta azul, en una galería de espejos refractarios y de amores no correspondidos.
En el Hotel Morrison de Dublin Albert Nobbs ya lleva sus veinte años de servicio. En horas de la noche, alimenta un sueño y esconde en un lugar de la habitación sus ahorros para poder concretarlo. A ese hotel, llegará alguien que la ubicará, violentamente, en relación especular, a lo que se ha silenciado. Y la historia se proyectará en otra dirección, buscando un inesperado camino.
En su función de coguionista, coproductora y actriz a los 64 años, nominada en seis oportunidades por la Academia, logra conmover en la composición de este personaje que se mueve desde esa tácita melancolía que permite dejar asomar un reflejo trágico. Pero no es sòlo ella, también en este film basado en el cuento "Morrison's Hotel Dublin" de George Moore, además de los que componen los de la dueña del Hotel, el Doctor Holloran, el pintor de interiores, el vizconde, están los criados y es a ellos a quienes sus guionistas y realizadores les permite expresarse, darse a conocer a través de sus comentarios, sentados, ellos, en la mesa de la cocina.
Film muy discutido, así se puede leer en la prensa internacional, ya que algunos medios sólo consideran que sólo se destaca la labor de la primera actriz, preguntándose si un film sólo puede sostenerse teniendo en cuenta sólo esto...; film que ha abierto debates en el orden de que el guión considera que los otros personajes no definen sus conductas; por lo pronto así, algunos contados críticos lo ha manifestado. En tal caso, bienvenida sea las polémicas. Y no, claro está, quedar indiferente, sin posibilidad de generar un diálogo.
En mi caso particular, puedo compartir el hecho de que el personaje central (y esto ya está planteado en el título del film, todo un nombre propio!) gravite en todo el relato; pero también considero que se logra una orquestación de voces, rostros y parlamentos que se equilibran desde una necesaria y afinada ambigüedad, que deja suspendida más de una situación.
Y en lo que respecta a Glenn Close, quien haya podido ver aquel film de 1988 de Stephen Frears, "Las relaciones peligrosas", según la novela epistolar publicada en la Francia de 1782 por Chorderlos de Laclos, ¿podrá acaso olvidar ese juego de seducción, intriga y perversión que desata como la Marquesa de Merteuil, un poco por juego y otro por venganza, contra su ex amante el conde de Valmont y ese plano final de su rostro frente al espejo?.