En tiempos donde el ser femenino era una expresion de artificio, de ornamentacion y coloridos peinados y vestimentas, pleno Dublin del siglo XIX, Albert Nobbs el fiel sirviente se muestra solicito entre las damas de la casa. Servicial y competente, algo parco en sus movimientos siempre está allí cuando lo necesitan eficiente y algo parco en sus modos. Su gesto adusto denota una contención que oculta un gran secreto que pugna por salir: Albert Nobbs es una mujer, contenida en las propias prisiones que se autoimpone para que sus curvas no sean visibles y le coarten sus posibilidades laborales.
La genial adaptación que realizo Glenn Close del cuento de George Moore dirigida por Rodrigo García nos adentra en un mundo de pasiones reprimidas donde Albert Nobbs debe fingir una masculinidad inexistente para conservar un trabajo. Alli conoce tambien a Hubert Page (una correcta Janet McTeer) un pintor que trabaja en la casa, con quien compartirá el mismo secreto: ella tambien es una mujer que finge ser hombre, solo que en este caso la apuesta fue subida al máximo y ella se ha casado con otra mujer.
La felicidad de no saberse sola con ese terrible secreto más la admiracion de encontrar alguien que ha llevado mas al limite la apuesta de vida de Albert harán que poco a poco los limites autoimpuestos comiencen a moverse, dando paso a los propios deseos. Y esos deseos vienen encarnados en Helen (la bella Mia Wasikowska) una de las mucamas de la posada quien a su vez vive un romance con Joe. Asi el triangulo estará planteado, con todos los particulares matices que la situacion impone.
Un film interesante y emotivo donde las actuaciones son el plato principal a servir en una mesa señorial, donde no todo es lo que parece y la verdad se abre camino, a veces con tragico desenlaces. Imperdible opción para los amantes de las grandes actuaciones y los relatos de epoca.