Sobre víctimas, victimarios y falacias judiciales
París, 2013. Un hombre ya septuagenario es detenido bajo graves acusaciones, y él se excusa diciendo que lo que hizo fue para facilitarle el trabajo a la Justicia. Tanger, 1974. El hombre, entonces joven, es contador. Su esposa se engancha con un médico fachero y decidido. El hace intervenir a la Justicia para constatar el adulterio. Lindau, 1982. La hija adolescente de ambos muere "por un golpe de calor". El padre sospecha otro motivo y actúa en consecuencia.¿Lo acompañará esta vez la Justicia?
He aquí la historia de André Bamberski, el tipo común que luchó 31 años, contra viento y marea, hasta que pudo ver en la cárcel al asesino de su hija. La historia es real, y muy actual. Habla de psicópatas sueltos, inteligentes y, peor aun, bien relacionados. De mujeres desvalidas y de esposas obcecadas (¿cuántas hay que se niegan a ver la clase de varón que eligieron como segunda pareja?). Habla de cosas que no habrían pasado si los jueces hubieran actuado a tiempo, sin tantas vueltas ni miramientos ni resguardos diplomáticos. Y de un padre que no supo tener otra pareja, perdió casi todo, se jubiló mal, pero cumplió su promesa y ayudó a la sociedad como corresponde.
¿Hemos contado el final? Para nada. La historia es todavía más rica de lo que decimos, tiene un remate inesperado, y sobre todo varias similitudes con lo que pasa entre nosotros. Y eso que abrevia algunas cosas, y unifica en unos pocos personajes (un traductor judicial, un abogado, una policía austríaca) la ayuda que Bamberski habrá recibido de varios. Se formó inclusive Justice pour Kalinka, una asociación civil que aún existe, porque, aunque parezca mentira, allá también la Justicia pone en la mirilla a la víctima, y el victimario tiene la caradurez de recurrir a la Comisión de Derechos Humanos. Ya dijimos que hay similitudes. E igual que acá, también hay grandes ejemplos de lucha. Este es uno, y vale la pena conocerlo.
Daniel Auteuil, actorazo, está a la altura de su personaje, y su personaje está casi todo el tiempo presente. Marie-Josée Croze, Sebastian Koch y Cristian Kmiotek lo acompañan debidamente. Autor, Vincent Garenq, narrador de pulso firme, ágil, que así cierra una trilogía inspirada en hechos reales del mundo judicial francés. Las obras anteriores son "Présumé coupable" (sobre alguien que perdió trabajo, ahorros y honor por una falsa acusación) y "L'enquete" (el triunfo de un denunciante sobre la empresa que lo acusó de difamación). Algunos lo comparan con André Cayatte, el abogado cineasta de otros