El secreto de Lucía es una de esas propuestas un tanto raras porque no logra definir bien su género. Por momentos parece que estamos viendo un drama, por otros una comedia negra e incluso tiene escenas y conceptos que rozan con lo bizarro.
La idea de hacer pasar a un enano (u hombre pequeño) por un muñeco de ventrílocuo claramente no es seria y ese no es el problema, el problema es la solemnidad con la que el film aborda ese elemento de un guión muy trastabillado por los conflictos muy desmedidos de sus personajes.
Pese a esto, el elenco está impecable, sobretodo el trío protagónico compuesto por Carlos Belloso (sólido como siempre), Tomás Pozzi (una grata sorpresa), y una Emilia Attías que se adueña del protagónico y brilla.
Luego de analizar su papel, que puede gustar más o menos, se llega fácil a la conclusión de que en cine esta actriz funciona muy bien y que la cámara verdaderamente la ama.
Ahora bien, no por ello se tiene que caer en esa vieja usanza (más que nada hollywoodense) de mostrar los pechos desnudos de la actriz principal solamente porque es muy linda y sin justificación alguna. Algo que sucede cuando uno ve la escena en la que Attías aparece con su torso descubierto…
El director Becky Garello logra dar con una armonía en el cast pero no con el ritmo de su ópera prima, que encima no llega a definir ni identidad ni género, y eso es algo que le pesa a este estreno.