Entre La leyenda de la viuda y esta bazofia de la India queda completo esta semana el combo de la mediocridad en materia de cine de terror.
En este caso encontramos otra trillada historia de posesiones que cuesta bastante asociar con el género. La tediosa dirección de Vikram Jayakamur consigue que los 87 minutos de duración se sientan como una eternidad.
Un film pretencioso a más no poder que pretende desarrollar un cuento mediocre sobre supersticiones rurales con personajes tontos y situaciones ilógicas.
Durante la primera hora de duración no sucede nada interesante y para el momento en que el director se digna a elaborar una especie de clímax, todo lo que ofrece es un catálogo de situaciones estúpidas que ya vimos en otras películas malas.
Entre ellas una mujer que práctica un exorcismo de la nada porque diez minutos antes fue testigo de un ritual.
La narración carece de tensión y tampoco consigue crear algún clima notable que por lo menos haga llevadero el film.
La única diferencia con La leyenda de la viuda es que esta tiene al menos una fotografía más cuidada, después no hay nada para resaltar ya que ofrece otro espectáculo chapucero para el olvido.