En una suerte de cuento de hadas las damiselas en peligro son subestimadas. Con esa única oración podríamos darle introducción a El seductor (The Beguiled, 2017) de Sofia Coppola.
Situada en plena Guerra Civil, una escuela de señoritas tiene lugar en medio del bosque y la cuidadora Martha (Nicole Kidman) protege y educa celosamente a sus alumnas junto a su ayudante Edwina (Kirsten Dunst). La vida pasiva que llevan estas siete mujeres entre niñas y adultas se ve perturbada cuando el Cabo John (Colin Farrell), un soldado norteamericano herido, llega a la casa despertando en diferentes grados el objeto de deseo en las habitantes, pero ¿hasta dónde puede llegar cada una de ellas en pos de ese deseo?
Escrita y dirigida por Sofia Coppola, basada en la novela homónima de Thomas P. Cullinan, la trama de El Seductor no aparenta ser ni por asomo la cruenta historia que terminamos conociendo. Viaja por tintes poéticos y proyecta el deseo de siete diferentes mujeres ya sea desde la admiración, la amistad, el miedo y la sexualidad de una forma para nada grosera o burda. Por el contrario, inteligentemente, elige abordarla desde la naturalidad de la resistencia, la castración de la época y la abstinencia propia de conocer el mundo exterior con la que viven en medio de la guerra.
Una musicalización que gana gracias a los silencios, no por ser mala sino por el aprovechamiento del sonido ambiente que aclimata la cinta sin recursos auditivos repetitivos o que podrían opacar las escenas. La fotografía del film es tan hermosa como sutil y dentro de un guión sencillo pero cargado de tensión y suspenso conforme avanza permite al espectador permanecer atento sin bajas durante la hora y media de duración.
Aroma a girl power es lo que emana esta película que ofrece como protagonistas femeninas estelares a la ya actriz fetiche de Coppola, Kirsten Dunst, Nicole Kidman y Elle Fanning, demostrando que el concepto de ser una mujer queda en sentido contrario al hecho de ser inofensiva.