El seductor

Crítica de Santiago García - Leer Cine

LLEGA UN EXTRAÑO

Durante la Guerra de secesión, un soldado de la Unión, herido, es rescatado del bosque por una niña y las demás mujeres que habitan en una gran casa sureña, es decir del bando contrario. Las mujeres habitan solas allí, los hombres ya no están. Pasan, sí, soldados Confederados, pero en su aislamiento ahora construyen su propio mundo. Aunque deberían denunciarlo y entregarlo, las mujeres toman la decisión de ocultar y ocultar al soldado. Allí comienza una relación de seducción y poder entre el hombre y las mujeres.

No es la primera vez que la novela de Thomas Cullinan es llevada a la pantalla. En el año 1971, Clint Eastwood protagonizó y produjo la película dirigida por su maestro Don Siegel cuyo nombre acá fue El engaño. Ambas películas en inglés se llaman igual: The Beguiled. Vista hoy, a cuarenta y seis años de su estreno, El engaño sigue siendo una obra maestra, una de las películas más oscuras y siniestras del equipo Siegel-Eastwood. Descripta como misógina, hoy claramente puede ser vista como lo contrario, o incluso ir más allá y ser analizada como una interesante reflexión acerca del poder, la traición y finalmente la lealtad entre mujeres. Lo importante es que se trata de una película enorme que vale la pena ver nuevamente.

La propia Sofia Coppola declaró que no se trata de una remake del film de Don Siegel sino de una nueva versión del libro. Tomemos su palabra para hacer lo que siempre se debería hacer: no usar la comparación para analizar los valores de una película. Más aun, porque en la comparación, la película de Coppola quedaría aun en peor situación de la que ya se encuentra. Es raro que siendo el material de origen en parte interesante para ella, la película termine resultando finalmente tan fría, distante, tan superficial y lejos de cualquier forma de empatía. Un trabajo preciosista en la fotografía no hace más que empeorar las cosas, las imágenes resultan particularmente forzadas, buscando todo el tiempo llamar la atención sobre la misma belleza en lugar de fluir.

En un acto incomprensible de corrección política y cobardía, el personaje de la única mujer negra de la historia quedó afuera, para no molestar a nadie con el tema de la esclavitud. Es una pena, pero que tenía un enorme valor e incluso le daba más complejidad a los demás personajes. Una vez más, imaginemos que ese personaje nunca que existió y veamos la película como quien solo tiene la información de lo que está en la pantalla. Y lo que se ve son personajes sin interés, tal vez con intencional languidez, pero en brutal contradicción con lo que la historia relata. Sofía Coppola había demostrado ya muchas veces su habilidad para describir personajes y sus angustias existenciales. Pero esta vez no encontró el tono y esta es claramente su peor película.