El séptimo hijo, una mas de épocas medievales con toques fantásticos.
No se si será porque no soy un fanático terrible de la trilogía de El señor de los anillos, si solo vi una de las películas de El Hobbit, o si simplemente prefiero una película de hora y cuarenta con una pequeña historia, que una de tres horas que solo muestre gente que camina y pelea, pero la realidad es que me gusto El séptimo hijo.
Master Gregory, el genial Jeff Bridges, es el último de los Espectros, una antigua orden de caballeros que combaten las fuerzas de la oscuridad. Cuando esta finalizando el entrenamiento de Bill, su aprendiz, se reencuentra con Mother Malkin, el personaje interpretado por Julianne Moore que es a su vez, enemiga jurada y un antiguo amor. Como consecuencia del enfrentamiento, Bill muere y Master Gregory debe salir a buscar a un nuevo aprendiz, cuya condición es que debe ser séptimo hijo de un séptimo hijo. Y es así como encuentra a Thomas (Ben Barnes, un abonado a este tipo de películas) quien carece de un sentido para su vida y encontrara en esta nueva tarea, su destino.
Lo mas interesante de la película, por supuesto, son los personajes que componen Moore y Bridges, un poco caricaturescos, un poco dramáticos, casi como si fuesen un personaje de una película de Disney. El resto del cast, esta correcto, aunque algunos actores de primera como Olivia Williams y Djimon Hounsou quedan desaprovechados por no tener un personaje demasiado desarrollado.
El séptimo hijo fluye muy rápido, casi demasiado, y los efectos especiales (seamos honestos, son gran parte del atractivo de este tipo de películas) son muy buenos en algunos casos y correctos en otros, pero el director no pudo aprovechar bien el potencial del 3D.
Sin duda alguna, la propuesta mas interesante del cine fantástico que hay ahora en cartelera, aunque mas no sea, porque su duración es coherente y no da la sensación de argumento estirado al infinito como en otros casos.