Con el siniestro poder de la magia negra
Otra guerra contra la oscuridad está por desatarse en esta película de aventuras y de tono fantástico dirigida por el ruso Sergei Bodrov, un realizador que imprime vértigo y recuerda a las superproducciones que animaron las tardes de matineé de varias generaciones.
El maestro Gregory (Jeff Bridges), una suerte de mago guerrero y último sobreviviente de su especie, encerró a la poderosa bruja Malkin (Julianne Moore), pero ésta escapa y jura venganza. Ahora el anciano debe reclutar y entrenar a Tom Ward (Ben Barnes), el séptimo hijo de una pareja de granjeros para encontrar al temible ser sobrenatural que amenaza con desaparramar la magia negra y sembrar el caos.
Al ritmo vertiginoso que tienen las persecuciones (como la de un monstruo gigantesco que arremete contra los protagonistas) se suma el estilo visual de un realizador que tiene marcadas influencias del cine de género (el tema de las posesiones y la luna llena dicen presente) y sabe también explotar los recursos del tan vapuleado formato 3D.
De este modo, se acercan a la pantalla las fauces amenazantes de dragones y criaturas varias, en medio de un relato que pone en primer plano el eterno combate entre el Bien y El Mal a través de oscuras transformaciones y sin dejar de lado la obligada historia de amor y traición.
El elenco encabezado por Bridges, como el pelilargo anciano que sufre golpes y caídas de todo tipo, y Moore (antes coincidieron en El Gran Lebowski) en su papel de villana por motivos que aquí no se adelantarán, salen airosos de su experiencia en el cine de género.
En el solvente rubro técnico hay que destacar la participación de Steven Knight (Promesas del Este) en el guión, Dante Ferretti en el diseño de producción y los logrados efectos de John Dykstra (La guerra de las galaxias). No será El señor de los anillos pero el entretenimiento está servido en una bandeja que trae dragones, guerreros, espadas y un oso poco amigable.