Una nueva producción uruguaya-argentina llega a las salas: El sereno, opera prima de Oscar Estévez y Joaquín Mauad. Con un gran cuidado visual y protagonizada por Gastón Pauls, el trabajo en conjunto construye un simple relato de suspenso psicológico, pero que se pierde en el intento con un final predecible.
El núcleo de la película es Fernando (Gastón Pauls), un hombre visiblemente perturbado, casi inexpresivo, quien entra a trabajar como el nuevo sereno de un caótico depósito. Al recorrer las instalaciones en la nocturnidad, el protagonista se pierde en los espacios y vive extrañas experiencias relacionadas con sus propias vivencias. Es a partir de estas situaciones que uno percibe que su pasado y su presente son conflictivos y que hay cierta información que (se) oculta o al menos no termina de desenredar.
La idea principal del guion es buena, pero no efectiva y los errores narrativos sobresalen a medida que los minutos avanzan. Está claro, desde el principio, que el depósito resulta ser un laberinto mental para el protagonista. A medida que camina se despliegan secuencias de suspenso y terror que sirven para exteriorizar sus demonios internos, pero que no logran cautivar y por momentos resultan exasperantes.
En cuanto a lo técnico, es visible la calidad audiovisual en escenas puntuales que ayudan a intensificar la tensión. Mención aparte a Augusto Gordillo en la dirección artística y a Hernán González a cargo de la música que mantienen viva la atmósfera de oscuridad hasta el final, sin obviar los detalles y la transformación de los pasillos que revelan diferentes espacios e incógnitas. Pero ni siquiera eso captura la atención del espectador.
El mayor problema de El sereno está en la falta de interés en el resto de los personajes. Al centrarse sólo en la vida de Fernando, los demás resultan difíciles de comprender y hasta incluso mal utilizados. La correcta interpretación de Pauls se ve apagada por el hecho de que en ningún momento llegamos a conocer realmente el trasfondo de su personaje. No se le da la profundidad suficiente para entenderlo y tampoco resulta interesante a pesar de estar presente los noventa minutos del film. El misterio que intentan crear resulta agobiante cuando no hay explicaciones concretas y las apariciones resultan imaginarias y sin sustento.