Baya es una joven mujer en apariencia desprejuiciada que lleva a cabo un novedoso trabajo ideológico, convertir mediante el sexo a hombres de férrea derecha; un día conoce a Arthur un veterinario de unos cuarenta años hijo de una familia rigurosamente tradicional a quien Baya intentará ganar para la izquierda.
Entre algunas de las falencias de la película podemos enumerar la imagen altamente estereotipada de la libertad sexual y el hippismo de la protagonista y su infantil ingenuidad de considerar como formalmente bueno cualquier accionar de la izquierda.
Sin embargo, pese a los estereotipos, elemento inevitable a la hora de incluir algún toque de comedia, El significado del amor es una película fresca que jocosamente introduce, como lo hace su protagonista con sus amantes, concepciones de una izquierda europea que se está aggiornando mediante la introducción de la ecología como foco de interés, pero que supo mantener tanto cuestiones tradicionales -como el amparo de las minorías- como su vertiente crítica del liberalismo representado, en el caso de la película, por el gobierno de Sarkozy.
La pregunta que recorre, y que responde, este film es si hay una forma de vivir de izquierda y otra de derecha; si la acción de un ser humano -en este caso la inocente cosmovisión de una joven-niña abusada sexualmente que se niega a que el hecho atroz le arranque su niñez- puede modificar el engranaje prefabricado que llamamos cotidianidad, esa naturalización impuesta por el capitalismo global. También trata temas como la conciencia y memoria histórica y su necesaria apropiación social, tópicos que reflotan en nuestra realidad presente. Todo lo anterior vuelve a El significado del amor una película muy recomendable y quizás hasta ineludible.