Políticamente (in)correcta
Una mujer usa el sexo con intenciones de desenmascarar a funcionarios conservadores en esta comedia.
El significado del amor , de Michel Leclerc, promocionada como una “comedia políticamente incorrecta”, es, en realidad, incorrecta y correcta al mismo mismo tiempo. Ambigüedad también aplicable a la construcción de su protagonista y a su estilo narrativo. En ambos casos, hay un intento de romper normas y, finalmente, de acatarlas. Peligro de híbrido.
Baya (Sara Forestier), una joven bonita e desenfadada, usa un arma poderosa para “reformar” derechistas: el sexo. Ahora es el turno de Arthur (Jacques Gamblin), un científico más conservador con su vida que en su ideología. A partir de este cuarentón reprimido y de esta veinteañera desatada -mezcla de Betty Blue y Amelie - se construye una comedia de antinomias románticas, sociales y políticas.
La narración incluye a los protagonistas hablando a cámara, cual cabezas parlantes, en medio de flashbacks de sus historias familiares. Y otros juegos, alejados del realismo, entre pasado y presente. Ambos personajes cargan con fantasmas ancestrales: él, con una sufrida y silenciosa madre cuyos padres murieron en Auschwitz; ella, con un padre que es inmigrante argelino y se comporta como si estuviera en tiempos coloniales. Ah, por si algún fantasma faltara, Baya fue abusada de chica.
Leclerc se las arregla para aligerar e incluso hacer humor con temas trágicos, aunque no siempre lo logra. Pero a pesar de sus intentos por romper prejuicios, termina cayendo en clichés. La película interpela al espectador sobre las hipocresías sociales. Lo hace de un modo amable, y con buen ritmo, sobre todo por parte de Forestier. El sarcasmo inicial y cierto grado de experimentación se alternan con la solemnidad y un final de fábula emotiva y edificante.