Querella para taladrar un pacto de olvido
A partir de la iniciativa de un abogado, la "querella argentina" abre una grieta posible para investigar los crímenes del franquismo. Y este documental producido por Pedro Almodóvar sigue los hechos en tiempo presente.
“Yo tenía 6 años cuando fueron a por mi madre”, dice la señora, octogenaria larga, vestida con el clásico atuendo negro que muchas mujeres españolas aún siguen usando. Afónica crónica, la señora se expresa con un siseo apenas audible. De lo que habla es del día -posterior a la Guerra Civil- en que una patota de vecinos del pueblo asesinó a su madre ante la mirada cómplice de muchos lugareños, parte de un raid que terminó con treinta víctimas.
María Martín cavó la tumba de su madre con sus propias manos. Ahora, ochenta años más tarde, quiere que ese crimen se reconozca. Pero hay un problema: el Pacto de Olvido que la Cámara de Diputados aprobó por aplastante mayoría durante el posfranquismo. Sin embargo, con intervención de una jueza dispuesta y presión civil sobre los poderes del Estado, tal vez algunos crímenes del pasado puedan esclarecerse, y algo de justicia se pueda hacer por las víctimas.
“Mire, venga”, pide a la cámara un señor sesentón y se para ante la puerta de un edificio. “Aquí vive el que fue mi torturador”, dice José María Galante en referencia al exoficial del ejército al que apodan Billy The Kid. “Vive en la misma calle que yo, a unas pocas cuadras de mi casa. ¿A usted le parece que yo tenga que pasar casi a diario por la puerta de la casa del hombre que me torturó?”
Otra mujer muy mayor, Ascensión Mendieta, tiene la certeza de que los restos de su padre están enterrados en una fosa común, ubicada en un cementerio. Pide una exhumación. En un discurso a poco de asumir el cargo, José María Aznar dice que “la pacificación se va a lograr mirando hacia delante, no desenterrando huesos”. En un programa de televisión, gente de a pie sostiene que es necesario olvidar, que debe hacerse borrón y cuenta nueva con el pasado.
El abogado argentino Carlos Slepoy, especializado en derechos humanos y radicado en España desde tiempo atrás, está convencido de que para llevar adelante la imputación hay que apoyarse en la idea de la justicia universal, que en 1997 le permitió al juez Baltasar Garzón poner preso a Augusto Pinochet. Es así como se inicia una querella contra los crímenes del franquismo desde la Argentina, contando con dos querellantes, la presencia de la Madre de Plaza de Mayo Taty Almeida y una jueza a cargo, la Dra. María Romilda Servini de Cubría, que no dudará en trasladarse a España. Ha aparecido una grieta en la pared.
Producida por Pedro Almodóvar, y dirigida por Almudena Carracedo y Robert Bahar, El silencio de otrossigue estos hechos en tiempo presente, lo cual le da una gran vividez. Parientes y querellantes se enteran de logros cruciales en cámara, con máximo efecto emocional: el de Carracedo y Bahar es un documental al que conviene ir con una caja de pañuelos.
Los realizadores ponen tanta atención a la intimidad de los protagonistas como a los hechos en sí. Los planos iniciales sobre María Martín son tan cortos que parecen querer entrar en ella. En un momento, la añosa mujer se pregunta si “va a llegar a tiempo para verlo”. El nerviosismo de la hija de una de las víctimas transmite la mezcla de tensión, angustia y ansiedad propia de la situación. Pero además de la emoción está la batalla estratégica, con las reuniones entre Slepoy, Galante y la abogada argentina Ana Messuti, entre unos cuantos más, analizando cómo seguir, con qué tiempos, qué pasos dar.
María de las Mercedes Bueno cuenta la alucinante experiencia del robo de su bebé, práctica común de los obstetras franquistas para con los hijos de los “izquierdosos”: reflejos argentinos se sienten aquí. Los reflejos no son sólo oscuros: “querella argentina” se llama a esa iniciativa dirigida a taladrar aunque sea en parte el pacto de olvido. La solicitud de detención y extradición de veinte ministros, jueces, abogados y hasta el exvicepresidente Martín Villa, por parte de Servini de Cubría es todo un hito en ese sentido.