Resulta un documental muy conmovedor que se filmó a lo largo de 6 años. Este largometraje se encuentra relacionado con la dictadura franquista (1939-1975), los opositores que fueron torturados, desaparecidos, asesinados y tirados a fosas comunes sin ningún tipo de identificación, mientras los victimarios gozaron de impunidad durante décadas debido a la “Ley de Amnistía” de 1977.
Se realiza un buen repaso por la historia de España, donde también están los que no quieren hablar, los que no se hacen cargo y quienes desconocen que fue el franquismo. El relato se desarrolla en dos países: en España, donde abogados de derechos humanos y víctimas elaboran la querella, y en Argentina, quien interviene es la jueza Servini de Cubría.
Allí están los familiares de aquellas victimas y de quienes sufrieron, sus testimonios, sus recuerdos, su dolor, con imágenes y testimonios que emocionan y dan angustia. Es muy duro enfrentarse con ciertos hechos y la mayor satisfacción se da cuando nos encontramos con la justicia, aunque en algunos momentos te deje un sabor agridulce. Se encuentra muy bien contada y filmada, con un gran trabajo de producción y de compromiso de todos los que participaron e hicieron posible mostrar una verdad que se ocultó durante muchos años.