Pablo Echarri interpreta a un severo guardaparques en este mezcla de western misionero, thriller ecológico y drama pasional con un jaguareté suelto en el monte y dos hombres enfrentados por una mujer. Correcta aunque no muy imaginativamente filmada por Martín De Salvo, la película empieza bien con una redada del guardaparques y presenta el conflicto que se desarrolla en atractivas escenas en el monte, con momentos de lograda tensión. El crescendo dramático está bien armado y actuado, pero a medida que se ve venir el desenlace, el guión prolonga las cosas más de lo necesario mientras la acción va quedando relegada ante el asunto dramático, que sin dudas es menos entretenido. Las actuaciones son buenas, especialmente la de Mora Recalde, y el tigre se luce en una escena fundamental.