La mirada de los otros
El silencio es un cuerpo que cae se presenta como el retrato de un hombre elusivo. La voz en off de la directora trata de reconstruir la figura del padre con los materiales que tiene a mano: filmaciones hechas por él, entrevistas a familiares y amigos, fotos viejas, recuerdos de la infancia. Jaime muere en 1999, pero el motor de la película no es tanto la pérdida como un misterio: la familia recuerda al fallecido y entre ellos flota algo no dicho, alguna información que todos esquivan con denuedo. La película revela enseguida el dato y reconfigura la intriga: Jaime era gay, pero un día conoció a Monona, se casó y tuvo a Agustina. El misterio cambia de lugar: ¿qué fue lo que lo empujó a un cambio tan grande? Luego: ¿cómo sobrellevó su nuevo rol de esposo y padre, lejos de los amigos y de la vida nocturna del pasado?
La pesquisa de El silencio es un cuerpo que cae se va toda en develar ese enigma. Pero las respuestas, si las hubiera, llegan desfasadas: Néstor, pareja de Jaime, muere un día antes que Freddy Mercury; de las integrantes de Las Kalas, grupo de teatro frecuentado por el padre, solo una acepta hablar frente a la cámara (algunas fallecieron); la familia se resiste a comentar el asunto. En el camino, Comedi halla los retazos de un mundo perdido que persiste a duras penas en la memoria triste de los sobrevivientes: los testimonios sugieren una época de plenitud interrumpida por los códigos de las organizaciones políticas (sobre todo de la izquierda), la dictadura y el sida. Qué habrá pasado por la cabeza (y por el cuerpo) de Jaime como para cambiar de vida de un momento a otro. La película mantiene las incertidumbres: los interrogantes que se formula Comedi no esperan una respuesta final, sino que funcionan como vías para indagar, para aproximarse al costado desconocido, extraño, del padre. La directora utiliza grabaciones hechas por Jaime (parece que el tipo filmaba todo): eso le imprime a la película un punto de vista dislocado; una buena parte de la evocación del personaje se construye a partir de su punto de vista, como si el hombre mismo estuviera observando desde algún lugar inaccesible. En muchas grabaciones aparece Comedi muy chica y el recurso sugiere una nueva forma del recuerdo: sostener la memoria de los seres queridos mirando a través de sus ojos, fijarse en cómo nos miraban.