Nacional e incorrecta!
En fiel contraposición con los últimos estrenos plagados de polémica y maniqueísmo en materia de animación autóctona llega a nuestras pantallas la nueva locura de Ayar Blasco: El Sol.
Muy esperada por el público amante del género y seguidor de la impronta de aquel engendro que fue Mercano el marciano, ser que poblaba la pantalla de Much Music hace algunos años, ha llegado el momento que sus sucesores en materia estética y de identidad se instalen en las pantallas porteñas para dar nuevos aires apocalípticos al mundo de la animación argenta.
El Sol, con una animación de trazos simples y mensaje contundente que hacen recordar a la estética y planteo de South Park o Alejo y Valentina, ha llegado para brindarnos una apuesta de identidad nacional e incorrección política pocas veces visto en nuestro país.
Y si hablamos de nacional e incorrecto es justo y necesario (realmente es justo y necesario) que el doblaje de uno de sus personajes esté a cargo de uno de los mejores puteadores de estas pampas (compartiendo el podio con Federico Luppi): el doctor Tangalanga, quien aporta la cuota de argentinidad al palo que el film destila en su mensaje.
Una nación post apocalíptica que se brinda bajo la mirada de dos jóvenes que la describen en las voces de Martin Piroyanski y Sofia Gala Castiglione, como así también Divina Gloria y Jorge Sesán, nos brinda una estructura narrativa original musicalizada a la perfección por Julio & Agosto (banda en ascenso que musicaliza las tardes de la radio metro en el programa Metro y medio).
La propuesta de Ayar Blasco fue reconocida en numerosos festivales como los de Rotterdam, Torino, Varsovia y La Habana, donde su audaz opus fue muy bien recibido por el publico y la prensa. Con el apoyo del Incaa El Sol ha llegado para mostrarnos que existe un tipo de animación diferente que apuesta a la incorrección política y la sublimación del mensaje por sobre todas las cosas. Pensar diferente a la animación es la premisa de Ayar Blasco, quien logró plasmar parte de su mundo íntimo en estos 65 minutos que iluminan con desparpajo la pantalla.