Pablo Rago, Calu Rivero y Gerardo Romano protagonizan este policial argentino. La historia de un periodista de policiales de un diario en crisis, y con una vida en crisis. Se lleva mal con su hijo, se lleva mal con su padre (Roberto Carnaghi). Pero la muerte de este último, en circunstancias muy extrañas que emulan la de Marat en el cuadro neoclásico, son extrañas excepto para él, que se supone es experto en el tema. Serán los asuntos de su padre los que van a ocuparlo ahora, cuestiones que tienen que ver con política y corrupción y que quizá le ganaron al padre algunos que lo querían mal. Hasta ahí, uno ya se preguntó varias veces, ¿pero cómo, no era...? Porque la cosa va y viene como movida por impulsos sin conexión, como si caprichosamente los realizadores tuvieran ganas de hacer una escena erótica, y luego una de acción, y así. Porque sí. Demás está decir que nada sale bien, en este desfile de clichés y lugares comunes que, además, pretende bajar algún tipo de línea.