Marcelo Di Marco (Pablo Rago) es un escritor frustrado convertido en periodista, que debe rastrear los hechos ocurridos alrededor de la muerte de su padre, Tonio Di Marco (Roberto Carnaghi) en circunstancias extrañas.
Este policial negro decide, desde un comienzo, mezclar géneros, pasando de los tópicos del film noir al film político, mezclando bajadas de líneas confusas con situaciones casi nunca logradas, ya sea por el guión, por la puesta en escena, por las actuaciones o por la suma de todo eso.
Si quisiéramos olvidarnos del costado político el policial negro queda muy corto, casi cómico, demasiado forzado y poco creíble aun para los poco verosímiles códigos del género. Si nos quisiéramos aferrar a la trama política estaríamos en un terreno un peor, con referencias a la realidad que fluctúan entre lo obvio y tonto y lo contradictorio y accidental. Si hay algo claro en la película es que no se logró el objetivo, posiblemente mucho más ambicioso que otros films nacionales, pero aun así sin nada para destacar.