Este largometraje cuenta con un gran elenco de destacadas figuras, por lo tanto, se encuentra llena de personajes pero con actuaciones desparejas. La trama cuenta la relación entre padres e hijos donde el personaje principal es un antihéroe, separado y padre de un adolescente, Marcelo (Pablo Rago), ahogado por las exigencias de la jefa del diario Carrizo (Bernarda Pagés) para el que trabaja y no está pasando por su mejor momento ni en lo laboral ni en lo personal.
Cuando matan a su padre, Tonio (Roberto Carnaghi) se enloquece y quiere descubrir al culpable, entonces la trama se va metiendo en el género policial, se va entrecruzando entre la política, la corrupción, los estafadores, pandilleros, la delincuencia y los negocios sucios. Además va a ir entrelazándose con metáforas literarias, el director va creando climas, intensos de oscuridad, con una buena estética para contar lo que quiere hacer resaltar, contrastando el basural, los barrios marginales y como viven los ricos. Su desarrollo termina siendo algo pretencioso y algunas subtramas y personajes quedan poco desarrollados no terminando de impactar.