Sorprende poco este Hombre Araña
Después de los tres gloriosos «Spider Man» que filmó Sam Raimi, no tenía mucho sentido volver a la saga con un director de clips como Mike Webb. Mucho menos para contar de nuevo la misma historia del primer film, que más allá de las ligeras variantes argumentales le da un tono de déjà vu aun más fuerte a todo lo que se narra en esta no tan sorprendente «Amazing Spider Man», que por primera vez marca un punto flojo en la brillante y prolífica producción cinematográfica de Marvel Comics.
A favor de esta nueva película se puede decir que tiene un sólido elenco de reparto, empezando por los tíos de Peter Parker, muy bien interpretados por Martin Sheen y Sally Field o el jefe de policía encarnado por Dennis Leary. En cambio el actor galés Rhys Ifans luce mejor como el torturado Dr. Connor, un manco que querría ver crecer un brazo nuevo, que como su monstruoso alter ego The Lizard, lo que implica un verdadero punto débil, ya que mas allá de algunos maleantes menores no hay otro villano importante en el guión.
El nuevo Peter Parker, Andrew Garfield, por momentos luce convincente como Hombre Araña, pero a veces intenta pasos de comedia que o no son muy logrados o, si lo son, se repiten demasiado (especialmente cuando se pasa más de un acto entero rompiendo cosas por no dominar sus nuevos poderes).
En cuanto a los efectos especiales y los atractivos visuales, por suerte la película los tiene en abundancia, y es uno de los motivos que ayudan a no rechazarla de plano. En especial, las escenas de la conversión de Parker en mutante, luego de la dichosa picadura de araña, tiene efectos muy atractivos; también hay una gran escena de acción en el puente de Brooklyn que, no por no ser demasiado original, deja de resultar realmente contundente. Sin embargo las largas peleas posteriores entre el súper héroe y El Lagarto se vuelven repetitivas y hasta morosas, denotando un guión poco imaginativo que no está a la altura del personaje.
Habría tenido mas sentido seguir con una cuarta película de la saga original, en vez de retomar el asunto desde el principio sin contar con el mismo talento. Aunque sea, se hubiera disimulado un poco la falta de ideas.