Empezando de nuevo y ¿mejor?
A tan sólo cinco años de la última entrega de la saga de El Hombre Araña dirigida por Sam Raimi, y con el protagonista Tobey Maguire aún permaneciendo en la memoria de todos como el Hombre Araña, Sony (que todavía tiene los derechos del personaje) decide que debe ganar más dinero con este filo y nos propone que olvidemos todo lo que vimos anteriormente. Es una decisión lógica, ya que no tenían disponibles ni a Raimi, ni a Maguire, ni Kirsten Dunst, y por lo tanto, a falta de mejores ideas, El Hombre Araña comienza de nuevo. Y quizás esta sea la única razón por la que tiene una nota menor a Los Vengadores (también tuve que reseñar aquel film para FANCINEMA, que obtuvo de mi parte un entusiasmado 9), ya que El sorprendente Hombre Araña me gustó tanto como aquella.
El responsable aquí es Marc Webb, el director de la (500) días con ella, que a fuerza de pulso narrativo y una muy buena construcción de los personajes logra diferencias importantes con el primer film de Sam Raimi. Mientras Raimi se mantuvo quizás más fiel al viejo estilo de los comics con personajes fuertemente estereotipados, a veces unidimensionales y una visión moral maniquea, Webb apela a ser sutil, su manera de contar y decir sin subrayar complejiza la historia y le da otra profundidad a los acontecimientos y personajes. Para ser más claro, se nota (o pareciera) que Webb vio el film de Raimi y claramente decidió hacer hincapié en aquello que el director de la saga Evil dead: diabólico había tocado sólo en superficie. Por eso rápidamente veremos en determinado momento el nacimiento del Hombre Araña pero sin detenerse demasiado en eso que ya sabemos, y en cambio tendremos unas cuantas escenas de Peter Parker intentando averiguar qué sucedió con sus padres, y otras tantas mostrando cómo se desarrolla su relación con Gwen Stacy, siendo ambos los principales ejes de la narración en la película.
Decíamos que los personajes que nos ofrece esta versión de Webb son más profundos y humanos que aquellos de Raimi. Tenemos a un divertido Tío Ben interpretado por el bueno de Martin Sheen y también una no tan insoportable Tía May (Sally Field). Pero el principal acierto en este rubro fue haber eliminado el personaje de Mary Jane Watson (ese pesado amor platónico de Parker que hacía Kirsten Dunst en la anterior saga) para reemplazarlo por el primer amor de Peter Parker en los comics, Gwen Stacy. Emma Stone encarna este personaje y ella es una chica con talento. Principalmente tiene mucho timing y gracia para la comedia y, además de ser linda es capaz de lograr que sus personajes sean adorables, inteligentes y sensibles siempre. Por otro lado tiene gran química con Andrew Garfield, y esto el director lo aprovecha al máximo logrando buenos momentos de comedia romántica. Los que vieron (500) días con ella sabrán que Webb entiende cómo filmar las relaciones de pareja.
Detengámonos un poco en el protagonista de esta historia. El Peter Parker/Hombre Araña de Andrew Garlfield no contiene esa nobleza a prueba de balas del de Maguire. Es “bueno”, o es el héroe a fuerza de las circunstancias, o mejor dicho, es bueno porque sus enemigos resultan ser los “malos”. Esta aquí sólo sugerido aquello de “un gran poder implica una gran responsabilidad”, porque más allá de que le sucedan cosas terribles a este Peter Parker, no se vuelve adulto de un día para el otro, hay en él mucho de adolescente. Asume lo que le toca porque las circunstancias lo apuran, no sólo por un sentido moral de justicia, que era mucho más fuerte y explícito en el anterior Hombre Araña.
Por último, algunas consideraciones: digamos que la última hora del film es de un ritmo sin descanso, muy entretenida, con secuencias de acción excelentes y llenas de ideas. Un detalle muy interesantes es cómo utiliza el Hombre Araña sus telarañas (que aquí son artificiales y provienen de unos aparatos en sus muñecas) lo veremos hacer piruetas de toda índole, a toda velocidad, en escenas bien filmadas donde todo se ve y se entiende (¡Sí! ¡fuck you Michel Bay!).
Hasta ahora un buen año para los films de superhéroes, con dos buenas propuestas de Marvel bien diferentes, y si la tercera Batman de Nolan se acerca un poco a su anterior entrega, el 2012 será recordado como uno de los mejores años para el género (además del año donde Boca perdió todo y donde ocurre el fin del mundo).