No es una película perfecta.Un tanto extensa, en algunos momentos esquemática, con un Tom Hanks demasiado encorcetado por la leyenda de Walt Disney. Pero ahí brilla Emma Thompson, con su grandiosa recreación de P.L Travers, la autora de Mary Poppins, una mujer que aborrecía la factoría Disney, que después de 20 años de ruegos le da sus derechos a Walt, acuciada por sus problemas económicos. Y lo hace haciéndole la vida imposible. Esa relación de una mujer implacable y los recuerdos de su propia vida, donde brilla también Collin Farrell, es lo más valioso de la película. También la humanización del creador de Disney que desciende del mito para un retrato más accesible. Aún con problemas y su edulcorado final, el film vale.