Al encuentro del Señor Banks es otro título (y más acorde) para conocer a esta película. Y es que aunque directamente no hay ningún señor Banks, se refiere al protagonista de Mary Poppins, película que cumple 50 años de salir a la luz, y cuya travesía para adaptarse de la novela a la pantalla grande es lo que nos narra John Lee Hancock (Un Sueño Posible) en su más reciente filme, en donde Emma Thompson interpreta a P.L. Travers, autora del ya mencionado libro, y Tom Hanks quien interpreta al mítico Walt Disney.
Como toda buena producción de Disney, dejamos de lado las cosas negativas y nos centramos en lo bonito de la historia. En este caso, nos cuentan el día a día de la preparación del guión supervisado -y controlado- por la misma autora del libro quien no quiere que nada se salga de control, mientras paralelamente vemos la historia de Helen Goff, una pequeña niña quien vive con su soñador padre y su controladora madre a principios de 1900. Todo esto intenta establecer un paralelismo entre la vida de la pequeña y el libro de Poppins, dejando un gran hueco que es el peor error de la película.
Juzgábamos cuando se hacían las nominaciones, que injustamente había quedado fuera de las mejores categorías. Pero lo hacía con justicia. No hay ningún parteaguas del filme, ese que nos enseñan en la escuela como clímax o punto de quiebre en la película. El único paralelismo en toda la puesta en escena son las peras, y uno no puede entender como pasa a ser una niña soñadora, a una escritora frustrada con el mundo y vuelve a regresar a soñar con la magia y la fantasía. Y lo que es peor, el cierre termina sin ninguna "enseñanza", como acostumbra la casa del ratón y simplemente nos dice que el estreno de Mary poppins fue un éxito sólo porque sí, sin justificar plenamente el cambio drástico de todas las decisiones que supuestamente se habían tomado en el transcurso de la preparación del guión.
Sin dar muchos spoilers, la película básicamente pasa de ser una buena promesa de la preparación de una mágica película a ser algo sin cuadratura y con muchos hilos sin atar en cuya producción sólo destaca Emma Thompson aunque no lo suficiente para merecer una nominación. Ni siquiera el soundtrack de Thomas Newman lo merecía.