Son contados los directores argentinos que logran mantener cierta continuidad en las pantallas locales. Hay numerosos casos de realizadores exitosos, cuyos nombres “tan de repente” desaparecen y pasan muchos años sin que se escuche hablar más de ellos. No es el caso, afortunadamente, de Diego Lerman, quien con saludable regularidad nos ofrece un estreno cinematográfico cada cuatro años aproximadamente. Hace veinte años nos sorprendió con su opera prima (Tan de repente), basada en una obra de César Aira y que ya había filmado tres años antes como cortometraje (La prueba).
El suplente es su sexto largometraje, premiado recientemente en el Festival de San Sebastián: mejor actriz secundaria para su hija Renata Lerman, cuya madre (María Merlino) suele actuar en los films del director, incluido éste.
El título del film alude a Lucio Garmendia (Juan Minujín), escritor, quien, al no ganar un concurso en una cátedra de la UBA, se ve obligado a aceptar el puesto de profesor suplente en un colegio secundario de un barrio difícil en la isla Maciel. Apenas lo presenta la directora del establecimiento (Rita Cortese) percibe el desafío que representa enseñar Literatura a alumnos desmotivados, cuando les formula una primera pregunta sobre la utilidad de su materia. Respuestas como “para nada” o también “para aburrirse”, lo obligan seguramente a cambiar su estrategia para “despertar” (incluso en algún caso literalmente) a sus alumnos.
La trama tiene varias bifurcaciones, entre ellas la de la vida personal de Lucio, separado de su esposa Mariela (la española Bárbara Lennie) y con una hija adolescente (Sol) que se resiste a ingresar a un “buen” colegio, manifestando su rebeldía probablemente como consecuencia de la separación de sus padres y la esperanza de que vuelvan a juntarse.
“El chileno” (Alfredo Castro), cuyo seudónimo alude a la nacionalidad de su progenitor en la ficción, tiene un proyecto de un comedor comunitario y quien trabaja con él es Dilan (Lucas Arrua), uno de los alumnos preferidos de Lucio, quien al igual que otros, tiene problemas, producto de las condiciones precarias en que viven.
Será justamente la aparición de droga en el baño de los varones la que dará lugar a la intervención policial, poniendo en riesgo la libertad de Dilan. En la investigación habrá intereses corruptos, particularmente de El Perro Olmos, un candidato a intendente nada santo.
El buen guion, junto a su habitual colaboradora María Meira, la fotografía del polaco Wojcech Staron (tercera colaboración al hilo) y el casting, donde seguramente hay mayoría de “no actores” (como diría Carlos Sorín) son algunos de los logros del film. Lerman es corresponsable de la producción local con su compañía Campo Cine (junto a su socio Nicolás Avruj) y donde también aparece el nombre de Patagonik.